Tuesday, November 6, 2007

EL BAJON





En un mundo en el que cualquier deportista debe comportarse como una máquina para que no le empiezen a llegar críticas por bajo rendimiento (sobre todo un futbolista), en un mundo en el que a un futbolista no se le permite tener un bajón anímico y futbolístico porque los periodistas se le van encima y lo tildan de inepto, irresponsable, rumbero y casi que hasta le meten la madre, en un mundo en el que la hinchada de un equipo le tiene más compasión a un funcionario público corrupto que a un futbolista con sequía goleadora...ojalá Ronaldinho, a propósito de la críticas despiadadas que han caído sobre él últimamente, nos tape la boca a todos.

Ronaldinho empezó su ascendente carrera en el Gremio de Porto Alegre, donde jugó 3 temporadas, gracias en parte a la constante presión que la hinchada le hacía sentir al entrenador del equipo para que lo alineara. Ya desde el principio de su carrera se vislumbraba su talento y su formidable promedio de gol, además de esa alegria innata carioca que reflejaba en su forma de juego y en esa sonrisa blanca y permanente. Llegaron la Copa Libertadores y la Copa América del 99 con la verdeamarelha (que terminó ganando), vitrina perfecta para demostrar su control de balón y sus inmensas cualidades cerca del arco contrario. Era cuestión de meses para que pegara el salto a Europa, destino de todo futbolista latinoamericano con ganas de crecer.

Y el que se ganó el sorteo fue el Paris Saint Germain, un club importante de Francia pero mediocre de Europa donde Ronaldinho experimentó la obligada adaptación al futbol del otro lado del charco y donde empezó a mostrarle el talento sudamericano a los frios europeos. Estuvo allí 2 temporadas, asediado por las críticas del entrenador del equipo francés que, en medio de sus férreas tácticas de pizarrón no podía entender el temperamento del brasilero para jugar al futbol y donde además no estaba jugando por objetivos importantes, algo que su espíritu competitivo le exigía.

Llegó el Barcelona. Después de ganar la copa del Mundo con la verdeamarelha el equipo catalán estaba decidido a ficharlo, pero para tal fin debía enfrentarse a otros grandes de Europa, como el Manchester Utd y el Arsenal. Para Ronaldinho fue fácil la elección: Si queria mostrar su jogo bonito debía estar cómodo y feliz, y nada lo hacia más feliz que el clima tropical de su natal Brasil. Por eso prefirió la calidez mediterránea que le recordaba a su tierra por encima del frio gris y permanente de Manchester y se decidió. Además, Ronaldo y Rivaldo se habían hecho grandes en el equipo español...¿Porqué él no?


La primera temporada fue de adaptación y reconocimiento del futbol español. El Barca venía de resultados mediocres tanto en el campeonato local como en la liga de campeones (no ganaba trofeos desde 1999) y estrenaba presidente y junta directiva. Justamente, la promesa electoral del flamante presidente era el brasilero, por el que se decidió tras la negativa de David Beckham de fichar para el club. (Gracias a Dios). Poco a poco, el carioca iba a mostrarle a junta directiva, afición y periodismo que no se habían equivocado con él.

Campeón mundial 2002 con Brasil, Mejor Jugador FIFA 2004 y 2005, Mejor jugador Europeo 2005, UEFA Club footballer of the year 2005, Mejor jugador para France Football y World Soccer 2005, Campeón con el Barca de la liga 2004 y 2005 y campeón de la Liga de Campeones 2005...y como 20 trofeos más.


Pero todo lo que sube tiene que bajar, es una ley de la vida. La existencia humana es un ciclo constante de subidas y bajadas y en donde no puede existir una sin la otra porque son parte de la misma unidad. Es imposible estar arriba sin haber estado abajo, experimentar la luz sin haber visto la oscuridad, pasar por la vida sólo con éxito sin haberse revolcado vilmente en el fracaso. Pero eso es lo que parece imposible de entender para periodisas y afición del mundillo del fútbol. Les exigimos a los deportistas profesionales un rendimiento casi perfecto, como el de una máquina, y no les permitimos el más mínimo margen de error. No importa que en el partido pasado hayan metido 5 goles en 15 minutos....si hoy no hacen los mismos 5 goles en los mismos 15 minutos descargamos sobre ellos todas nuestras frustraciones, alimentadas por comentarios malintencionados de periodistas que viven el futbol sin conocimiento de causa y con una ansiedad irresponsable que exige resultados a toda costa.

Ronaldinho, el mismo que hacía malabares y cosas imposibles para el resto de jugadores entró, como cualquier ser humano normal, en un bajón, en su caso futbolístico, alimentado además por viajes de selección, calendarios exigentes, entromisiones en su vida privada, agitada vida social, grabación incesante de comerciales y algo normal en jugadores de equipos que ganan todo: hambre por desafios nuevos. Hay que estar de acuerdo que ya no es el mismo Ronaldinho que jugaba mágicamente al fútbol, pero después de haber tenido 3 años de plenitud, el bajón se debe sentir en cualquier momento. Pero ¿cómo reaccionamos ante este bajón? Le caemos encima como buitres hambrientos exigiéndole que siga haciendo las maravillas que siempre había hecho...que sea el mismo siempre, todo el tiempo, como una maquinita operada por pilas, como esos osos de circo que golpean los platillos que tienen en las manos mientras divierten y hacen reir. que nunca baje el rendimientotal vez para que nos sacuda de la realidad tan horrenda en la que vivimos. Que se comporte como una máquina programada para divertirnos a toda costa y que no nos vaya a fallar, porque si nos falla los bajamos del pedestal tan rápido como lo subimos. Pero yo me imagino que Ronaldinho no puede ser el mismo todo el tiempo, con el espíritu de competición, la atención mediática y los millones de dolares que le están entrando al rojo vivo y latiendole en el fondo de la cabeza todo el tiempo. Debe requerir práctica manejar todos los aspectos que llegan con la fama con madurez y sin cometer errores, y más cuando no se tiene un margen de error en el cual mantenerse...si cometes un error eres el angel caído, el chivo expiatorio de todos los problemas del club.

El bajón se debe sentir, el valle de la onda debe llegar en cualquier momento, es algo natural. Sin fracaso no hay éxito, sin obstáculos no se puede generar la energía para evolucionar. Es de la caída de donde se aprende...De estar 3 años haciendo las mismas gambetas y sacando los mismos trucos bajo la manga los defensores contrarios algo habrán aprendido, y un bajón futbolístico es necesario para aprender algo nuevo y convertirse en mejor jugador...en trascender.

Ronaldinho, cállanos la boca, por el bien del fútbol.

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