Es así. El Barcelona tiene al mejor jugador del mundo. Por lo menos de los más imaginativos y sobre todo de los que más disfrutan el juego. Esa creo yo que es una de las claves para que Ronaldinho haga lo que hace en una cancha. Además de esa genética futbolística que solo tiene el jugador brasilero, al ex PSG no se le ha ido la alegría de jugar; el fútbol no se le ha convertido en un trabajo, en una angustia o en un negocio. No se qué hará Ronaldinho con todos los millones que recibe, pero con tal de que no se le suban a la cabeza y siga sonriendo en una cancha, jugando con esa dentadura al aire, derrochando ánimo, imaginación y sobre todo esa emoción que uno solo siente cuando va a echarse el picadito con los amigos, tiene mi agradecimiento sincero.
Es así. Ronaldinho es la clase de jugador que cuando entra a la cancha se abstrae de todo y es capaz de ser el mismo. El jugador que tiene la capacidad de dejar que el niño que jugaba en la cancha, el potrero, la cuadra, la playa o la plaza salga a flote y haga maravillas. El que le pone huevos a la situación, el que siempre aparece, el que no se deja intimidar por los gritos, los reclamos, las injusticias (y por lo mismo se concentra más en su juego que en reclamarle cada pitazo al arbitro, como hacen muchos jugadores) y mucho menos por los 60,000 espectadores que lo están viendo. Al que no le da miedo ser relevante y que se hable de él. Al que le vale h...todo y simplemente ES. Y por eso es capaz de hacer maravillas, de ser el DIFERENTE. Pelé, Maradona, Cruyff seguramente lo eran, Garrincha, Zidane...lo que me lleva a recordar porque empezé alabando a Ronaldinho: para hablar de otro jugador. Por más maravillas que el brasilero pueda hacer en un campo de juego, no se le puede dejar toda la carga a él. Requerimos de otro jugador notable, de otro perteneciente a esa raza de jugadores relevantes, necesarios y que marcan diferencia. Samuel Eto'o, te necesitamos. Llevas mucho tiempo por fuera de la cancha, y Ronaldinho no lo puede hacer todo. El equipo está decayendo en ánimos, al conejo Saviola no le tienen la fé necesaria, Messi está otra vez lesionado y los muchachos están sintiendo el desgaste. Necesitamos de esa alegría, de ese potrero, de esa energía que en la mayoría de los casos aporta el jugador tercermundista (que berracos que somos, somos la emoción y el corazón de este mundo), de esas ganas de romper con tanta mediocridad, con tanto tatuaje y peinado estrafalario, con tanta diadema de batistuta y pelo planchado, con tanta cámara y guayos de lujo, y volver a SER. A simplemente SER. En su caso, dentro de una cancha. Fuerza Sammy.
El Barcelona quiere llevarse a Rodrigo Palacio. Entre más rápido lo compre, mejor. Ese lleva el potrero en el corazón.
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